jueves, 24 de mayo de 2012

El chauvinismo y la vanidad

Sábato dice que no comprende porqué se desprecia a los vanidosos y sin embargo no se desprecia a los chauvinistas. La verdad, yo creo que se equivoca: a los chauvinistas también se les desprecia. Por otro lado, dice que el desprecio que se da a los vanidosos desaparece cuando esa vanidad “se multiplica por varios millones” aludiendo, como ejemplo, a las vanidades que se indican en los himnos nacionales, los que son cantados con felicidad por todos. Pero seamos justos: el escritor de un himno fue un sujeto que quería hacer creer a la "naciente nación" que era "la" mejor y que sería la mejor en el futuro, para que sus habitantes se sintieran relativamente felices y confiados del paso que estaban dando: ser independientes. Quizá el vanidoso lo hace por lo mismo (basado en una inseguridad esencial), pero el único creyente en las vanidades del vanidoso es el propio vanidoso. En la nación en cambio, son millones los que creen en la vanidad nacional. Por lo menos la idea concita más apoyo, obligatorio o voluntario, pero lo concita.

viernes, 18 de mayo de 2012

La peste como herramienta del proselitismo

En los inicios del Medioevo, el cristianismo vio muy afianzada su precaria influencia con las invasiones árabes y las continuas pestes. Ambos fueron un castigo de mucho misterio para la mentalidad de la época. La peste bubónica o la viruela no se entendían en sus causas verdaderas ni en su forma de tratarla. El resultado era siempre el mismo: la aparición de montones de cadáveres en las calles.
El triunfo del cristianismo repetía otro triunfo anterior: el triunfo del judaísmo. Recordemos a Job quien (según nos informa el Antiguo Testamento) era un hombre exitoso que, de pronto, sufre continuas calamidades. ¿A quién culpa? A una fuerza maligna que, además, tiene una especie de trato con su propio dios, para así probar su fe. Una de las calamidades que sufrió Job fue “la peste”, sin dar ninguna claridad respecto de los síntomas, aunque los estudiosos señalan que probablemente fue viruela. La historia de Job nos permite entender que el temor a la peste era eficaz en lograr conversiones. Otra cita bíblica que revela ese temor: las 7 plagas de Egipto. Dentro de las 7 plagas se hallaba la peste. En este ultimo caso, se utiliza el temor a la peste para lograr un objetivo político.
La peste explica también porqué la sexualidad desenfrenada perdió terreno frente a la castidad del cristianismo y del judaísmo: ambas religiones promueven higiene sexual y, por lo tanto, con esa estrategia se tiene mayor probabilidad de sobrevivencia respecto de rituales paganos. Para los primeros predicadores del cristianismo fue fácil satanizar los cultos orgiásticos. Diana se convirtió en nuestra imagen de bruja y Dionisos en nuestra imagen de demonio.
¿Qué hemos ganado con el descubrimiento de las verdaderas causas de la(s) peste(s)? Un cierto sentimiento agnóstico acerca de cómo resolver el problema y de cómo evitar ser el siguiente en la lista. Si tratamos de imaginarnos sin este conocimiento, se comprenderá la desesperación y la falta de respuestas en la que se cae. El conocimiento, que duda cabe, genera control. Esta sería la época del control de las enfermedades. Una afirmación optimista, con bastantes aristas discutibles. Discusión que da para otros artículos. Como fuere, el triunfo sobre las pestes ha traído la desaparición del temor. El proselitismo debe recurrir a otras estrategias para asegurar conversiones. El temor a la pobreza es una de ellas. La pobreza es una enfermedad que aun no tiene cura.

lunes, 7 de mayo de 2012

Nerones de hoy

Los artistas, los de verdad, los artistas puros, tienen un principio de locura porque actúan bajo la premisa huidobriana del Non-Serviam. Les gustaría ver horizontes cuadrados. Pero el artista tiene habilidad con las manos, y últimamente habilidad con las computadoras y, si tiene fondos del estado, puede tener habilidad con lo que sea porque subcontrata hasta a un experto nuclear iraní si es necesario. Claro, porque quizá considera que es muy bello un hongo atómico lanzado sobre diez mil niños con hambre y, con esa metáfora, lanza un misil iraní sobre un país africano pobre. Luego, fotografías. Luego video. Luego museos. Luego entrevistas. Luego rusos megamillonarios del petróleo llamando para conocer la última irreverencia, la nueva tendencia, la nueva frontera artística. Pero resulta que no hay novedad en ello. La idea se le ocurrió primero a Nerón. El dijo “sería bello ver ardiendo Roma”. Y la quemó. Y luego compuso su canción a la destrucción de la ciudad. Para él, Roma era solo una escenografía.

jueves, 3 de mayo de 2012

La torre de babel

En múltiples oportunidades se dice que construir más es bueno porque eso da trabajo a la gente. Uno debería agregar “y además da dinero al empresario rubro construcción”. Al margen de eso, hay ciertas construcciones que pueden ser nocivas o derechamente idiotas. Puedo citar la última gran obra de la ingeniería nacional: el bullado Costanera Center. Para todos es la culmine del emprendimiento chileno. Es la torre más alta de Chile, y también de Sudamérica, superando inclusive construcciones monumentales existentes en Brasil. Cuando empecé a informarme más detalladamente el proyecto, casi me voy de espalda: en la base hay un mall. Yo me pregunto, a esta altura, en que la ciudad está saturada de esos engendros ¿está preparada la ciudad para soportar otro mall? ¿están preparados los bolsillos chilenos para más compras de estupideces? ¿es éticamente responsable auspiciar una construcción así, "el mall más grande jamás construido"? Es, por donde se le mire, absurdo. Somos un país con déficit hospitalario, carcelario, de escuelas, de universidades de calidad, de vivienda, etc. Pero claro, para el señor Paulman eso no tiene importancia. Total, Paulman no es un verdadero chileno, es más bien un alemán: no es raro que controle sus grúas por satélite desde Alemania.

Los destinatarios de las construcciones que realmente hacen falta no dan dinero, salvo que el estado lo haga por ellos. Salvo utilizar el sistema de concesiones. Y Paulman, un próspero empresario del retail, nada sabe de concesiones. Su objetivo es la clase media, el joven profesional ondero que gana suficiente para no ser considerado un cliente de riesgo y, por lo tanto, candidato ideal para meterle una buena deuda por el orto. En resumen, Paulman sigue en su cruzada para endeudar gente. Para ello ha creado el más grande de los anzuelos sudamericanos, un anzuelo del porte de una torre de babel. La torre de babel fue el principio del fin de un imperio. ¿Será este el principio del fin para nosotros? No podrán alegar que nadie se los advirtió. Mientras tanto el desarrollo de Chile sigue esperando.