lunes, 18 de mayo de 2009

Un intento de posición respecto de la cuestión cubana

Por Cuba siempre se hacen demasiadas preguntas. No se sabe bien que pasa y eso a uno lo pone nervioso. Para opinar lo ideal es estar bien informado. Lo terrible respecto de Cuba es que no se puede estar bien informado de casi nada. Por una parte los Castristas convencidos hacen afirmaciones y por otro lado los anti-castristas hacen afirmaciones contrarias. ¿A quien creerle? Cierto es que los anticastristas les pesa su origen como partidarios de Batista (hijos o nietos de partidarios, todos asentados en Miami desde que está Fidel). De inmediato, con argumentos emocionales uno tiene la sensación de estar ante gente indeseable. Los Castristas tienen el prestigio moral de haber apoyado la revolución que, para todos los efectos prácticos, actuó como una liberación. No solo de la dictadura, sino también de la influencia norteamericana. Cuba, a pesar de estar a escasos kilómetros de USA, se mantiene en una postura independiente. No tienen ninguna de las chatarras, no tiene la cultura del entertainment que nosotros hemos consumido. No hay McDonnalds, no hay Kentuky, no hay Luky Strike, no hay Microsoft ni Apple. Para un chileno fanático del progreso esto puede sonar horrible; “no se puede aceptar una cultura de retrógrados”, dirán. El chileno tiene como ideal lo que es joven y dinámico, “proactivo”, enérgico y que incremente las cifras macroeconómicas. Por todos lados se observa un culto a la juventud, un ideal que no implica, necesariamente, que se tenga en demasiada estima a los jóvenes. Más bien significa que los viejos, los que detentan el poder, quieren aparecer eternamente jóvenes. Se utiliza la juventud para incrementar las ganancias. Parece ser que en Cuba no es este el caso. De hecho, el gran éxito musical que significó “Buena Vista Social Club” quería apuntar a lo auténticamente cubano y paradójicamente, se hallaba representado por un grupo de músicos ancianos. El resultado es la nostalgia, pero una nostalgia por “actual”, porque es la Cuba de todos los días.

De inmediato uno avizora un hecho curioso: Cuba se ha quedado en el pasado en todos los sentidos. Su gobernante es viejo, su ideología es de otro siglo, sus autos son de los 50’s. Todo en Cuba se repara y es muy escaso lo que se compra nuevo. Raúl Castro (y Fidel, el asesor oficial del régimen) proponen un gobierno paternalista que ha buscado proteger a Cuba de la maldad de occidente, encerrando a Cuba. Desde la caída del muro ese encierro de ha acentuado. Uno creería que el aislamiento conduciría necesariamente a la desaparición de Cuba, pero se mantiene firme, a pesar de la escasez, los bloqueos, la crisis en los 90’s después de la falta de apoyo ruso, etc. No creo que el régimen caiga. La independencia sigue siendo un bien importante para los cubanos. Muchos se han ido y muchos han querido escapar, pero el sistema sigue. Si Cuba se abre al mundo de inmediato será invadida por los gringos. Dirán: “ es un mercado que no ha sido explorado aun”. Sin duda el fenómeno será semejante al de Rusia. Aparecerá de inmediato la corrupción y las mafias. Se volvería a un estadio anterior, a cuando Cuba era el prostíbulo de USA. Fidel no quiere eso y cualquier cubano promedio detesta esa opción. Prefiere los autos viejos al dominio, prefiere las calles mal pavimentadas, el reino de las bicicletas en vez de ser una presa más de la globalización de la cultura yankee. Cuba es una isla no solo en lo geográfico. Es también una isla cultural. Y, sin duda, por este motivo, tienen mucho que enseñarnos. De los terrenos cerrados y aislados, han salido siempre grandes aportes a la humanidad. Queda un último detalle: los Cubanos son bastante cultos. ¿Significa que se transformarán en capitalistas informados y opinantes cuando el castrismo caiga? Tengo mis dudas. El capitalismo orientado al mercadeo tiene métodos poderosos para llevar al pueblo a la barbarie. Puede deshacer en años la cultura de un pueblo y ya lo ha demostrado en otras regiones.