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jueves, 3 de mayo de 2012

La torre de babel

En múltiples oportunidades se dice que construir más es bueno porque eso da trabajo a la gente. Uno debería agregar “y además da dinero al empresario rubro construcción”. Al margen de eso, hay ciertas construcciones que pueden ser nocivas o derechamente idiotas. Puedo citar la última gran obra de la ingeniería nacional: el bullado Costanera Center. Para todos es la culmine del emprendimiento chileno. Es la torre más alta de Chile, y también de Sudamérica, superando inclusive construcciones monumentales existentes en Brasil. Cuando empecé a informarme más detalladamente el proyecto, casi me voy de espalda: en la base hay un mall. Yo me pregunto, a esta altura, en que la ciudad está saturada de esos engendros ¿está preparada la ciudad para soportar otro mall? ¿están preparados los bolsillos chilenos para más compras de estupideces? ¿es éticamente responsable auspiciar una construcción así, "el mall más grande jamás construido"? Es, por donde se le mire, absurdo. Somos un país con déficit hospitalario, carcelario, de escuelas, de universidades de calidad, de vivienda, etc. Pero claro, para el señor Paulman eso no tiene importancia. Total, Paulman no es un verdadero chileno, es más bien un alemán: no es raro que controle sus grúas por satélite desde Alemania.

Los destinatarios de las construcciones que realmente hacen falta no dan dinero, salvo que el estado lo haga por ellos. Salvo utilizar el sistema de concesiones. Y Paulman, un próspero empresario del retail, nada sabe de concesiones. Su objetivo es la clase media, el joven profesional ondero que gana suficiente para no ser considerado un cliente de riesgo y, por lo tanto, candidato ideal para meterle una buena deuda por el orto. En resumen, Paulman sigue en su cruzada para endeudar gente. Para ello ha creado el más grande de los anzuelos sudamericanos, un anzuelo del porte de una torre de babel. La torre de babel fue el principio del fin de un imperio. ¿Será este el principio del fin para nosotros? No podrán alegar que nadie se los advirtió. Mientras tanto el desarrollo de Chile sigue esperando.

viernes, 15 de abril de 2011

El pensar y los banqueros

Un alto representante de los banqueros se mandó una frase que deja la sangre helada, por lo honesta y por lo macabra. Por que, desde Marcuse, los izquierdistas fanáticos llevan un montón de tiempo señalando aquella teoría semi-conspirativa que han llamado “la teoría de la dominación”. Resumo a partir de la teoría: los que han fraguado el plan de dominación son justamente los banqueros. Y la mayor parte de la gente, cuando escucha esas historias, sonríe y dice “no debe ser verdad”, ¿cómo puede serlo?. Y bien, resulta que la declaración del banquero fue: “el gobierno no está para hacer pensar a la gente”. Por supuesto, es una declaración sobre todo conspirativa. El gobierno no está para revelar ciertos secretos a la ciudadanía.

Un detalle de importancia: “la gente” a la que se refería la declaración, no era “toda” la gente sino solo aquellos que tienen acceso a una cuenta corriente. Ellos son una clase especial dentro de “la gente”. Todo el que tiene acceso a determinado ingreso puede acceder a una cuenta corriente y, por supuesto, el ingreso viene dado por un determinado nivel de educación y/o influencia. Por lo tanto, los aludidos distaban de ser elementos desinformados, ignorantes o embrutecidos. Pero al banquero le daba lo mismo: no eran de su nivel, eran del nivel de aquellos que no merecen informarse de ciertos “secretos”. Ahora, lo más impresionante de todo es que el poderoso banquero que se despachó la declaración sigue siendo una “segunda línea” dentro del poder real en Chile, un país que (sabemos) gravita poco en las decisiones mundiales. Es decir, es una n-esima línea dentro del poder real del mundo, el poder a secas. Debemos recordar que los bancos son un ítem más dentro del organigrama de los Luksic, Matte, Angelini, Claro o Piñera, si hablamos de Chile, los que, a su vez, son un ítem más dentro de los millonarios del mundo. Un verdadero monopoly.

lunes, 6 de diciembre de 2010

Cortázar

Cortázar fue un hombre político.

Cortázar dio opiniones políticas en la última etapa de su obra y en las últimas entrevistas que dio. Esto le trajo la desagradable desgracia de no poder volver a su país.

En cambio, el Cortazar más famoso, el de su primera época se nos aparece como un personaje más bien frívolo en una búsqueda constante del hecho estético y de la imaginación. Esto, dicen algunos, puede ser atribuido a la influencia de su primera mujer. Sin embargo, una literatura que haga apología de la imaginación no necesariamente es frívola. Hay en la risa y en el juego consideraciones que no pueden dejarse de lado. Un cuento clave es “Autopista del sur”. Uno puede pasar un rato agradable leyendo el cuento, pero no se puede negar que hay mucha información acerca de cómo es la sociedad (y en ese sentido es un cuento sobre cuestiones políticas). La ciudad reacomodada en la autopista, un estado utópico, una orgánica casi bolchevique que luego se desarme por displicencia de los integrantes y porque, en cierta forma, “la velocidad” se los come. Fin de la utopía. Uno termina con sensación de tristeza luego del cuento y eso es lo interesante. Uno prefiere la orgánica de la autopista detenida por sobre la autopista en funciones. Lo primero se nos hace aventurero, lo segundo es la usual cotidianeidad, donde todo es utilitario y cada movimiento tiene un fin. No se ve como lucha por la sobrevivencia, que en el fondo lo es, sino como maniobras evasivas de la realidad.

Pero para qué me voy a extender más sobre el tema: todo acto es un acto político. No niego que se trata de una frase de total optimismo político (revisionista casi) y sin embargo, creer en ella puede llevar a ciertas sorpresas en el análisis de algunas obras frivolizadas injustamente. Aunque, vale la advertencia, a algunos personajes, ni aunque los miren con lupas de niveles atómicos, es posible pillarles un mínimo de compromiso. Cortázar no era así. Con poco esfuerzo se hallan sus disparos.

jueves, 14 de octubre de 2010

Testigos privilegiados

Uno es un testigo privilegiado de si mismo. Uno es un testigo privilegiado de su propia época. Puede decir montones de cosas y explicar montones de realidades que le ocurren en el día a día. Eso claramente tiene cosas buenas y útiles, pero hay que estar atento. El que no está atento no puede opinar de la época que le ha tocado. De esta forma la obligación del “hombre informado” es justamente esa: estar atento y “al tanto” de los hechos que ocurran en el mundo.

Un taxista me decía que yo no tenía ningún derecho a opinar sobre el periodo de Allende porque no lo había vivido. Bueno, ese es un argumento un poco falaz, porque desde esa perspectiva no tendría derecho a opinar sobre lo ocurrido durante el imperio romano, ni sobre la edad media, ni sobre las salitreras, porque yo no viví nada de eso y, en rigor, no podría opinar ni siquiera sobre mi propia época porque nadie garantiza que me informe de las reales condiciones de la sociedad actual. Ni de Irak ni de Afganistán, ni de nada.

De todas formas, hay una manera, quizá imperfecta, de mantenerse en el conocimiento del día: leyendo el diario. Y de los diarios hay registros abundantes. Por lo tanto, si me leo los diarios del periodo de Allende bastaría y sobraría para entender lo ocurrido en tan polémico periodo. Sin embargo, es menester espíritu crítico. Es menester un abanico ideológico de lecturas. Por supuesto, algunos historiadores ya han hecho ese proceso por nosotros. Dígaselo a su taxista.

martes, 28 de septiembre de 2010

El expansionismo y el nobel de Obama

No creo que muchas personas sean capaces de soportar un gobierno de corte islámico. Sería imposible para la mayor parte de los habitantes de Chile. De todas formas, el islam es una religión de la expansión. Es una religión que expresamente le señala a sus fieles mecanismos violentos para “llevar la verdad al mundo”. Ustedes me dirán, te equivocas porque se trata de una religión de amor. De todas formas, tenemos evidentes pruebas de castigos muy violentos cuyo sustento ideológico viene dado por el Islam. Como ejemplo: ley que extirpa el clítoris a las mujeres para eliminarles ese órgano de placer. Es más: una enorme variedad de represiones a los placeres del cuerpo (para las mujeres, evidentemente) son vistas en la vida diaria de los países islámicos. Cuando nos dicen “no te preocupes de Afganistán, al final, terminarán por tranquilizarse”, se trata de un supuesto más que utópico. En Afganistán los fundamentalistas no quedarán tranquilos hasta que se queden con el poder del país. Dejar solo a Afganistán es dejar al país expuesto a la guerra civil. Por lo tanto, no veo como opción agradable la expansión del pensamiento musulmán por el mundo.

Por supuesto, los gringos se han arrogado el derecho a ser la policía del mundo. Han salido al mundo a defender supuestos ideales de libertad y democracia que pueden sonar muy loables, pero esconden otros oscuros intereses. La única forma de despejar la situación en ese caso es la creación de una efectiva fuerza multinacional encargada de la garantización de ciertos servicios básicos. Una fuerza que incluya, además, elementos orientales. Por supuesto, es más fácil decirlo que hacerlo. ¿Cuáles son los primeros problemas que surgen en ese contexto? El primero de ellos, es el sustento ideológico de una orgánica como esa, dado que debe garantizar un cierto mínimo al funcionamiento de una nación. ¿En qué debe basarse para no herir las susceptibilidades de Chinos, hindúes, japoneses, rusos, árabes, persas, etc? Y que además incluya las diversas susceptibilidades de Europeos, gringos, latinos y africanos. Complicado. Si no me equivoco se trata de uno de los problemas fundamentales de la filosofía. Es, ni más ni menos, la piedra filosofal. Lo único claro: Obama no debió aceptar el nobel de la paz. Si Sartre fue capaz de rechazarlo, Obama debió seguir ese mismo ejemplo de honestidad y, sobre todo, de paz.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

A propósito de Gomorra

Uno de los motivos de la idealización que se ha hecho de la mafia tiene que ver con Hollywood. La trilogía “el padrino” es clara en señalar la ética y las buenas razones de la mafia. Muchos telespectadores en sus casas piensan, de inmediato, en ser mafiosos. Parece un mundo atractivo. Sin embargo, no son esos los verdaderos mafiosos. Los verdaderos mafiosos se dedican, actualmente, a negocios bastante más turbios y feos que producir toneladas de coca. Los negocios de la mafia son, actualmente, más peligrosos para el ser humano y no necesariamente ilegales. Son éticamente reprobables. Dentro de ellos, los crímenes ambientales. En muchos países la regulación ambiental es tenue o inexistente, de tal forma que se transforman en el sitio ideal para asentamiento de sujetos sin escrúpulos, los que, convencionalmente, llamamos mafiosos. De los crímenes ambientales, me tocará hablar más adelante.

De todas formas queda la duda, ¿cómo definimos, en términos más genéricos a un mafioso? ¿Quiénes pueden calificarse de promotores de la ética mafiosa? El punto es que no solo el bajo mundo puede calificarse de mafioso u “organizado en torno a actividades reñidas con la ética”. El “buen mundo” también se permite esta clase de orgánicas. Tenemos por ejemplo, toda la gran familia de resquicios legales, cuyo objetivo es ayudar a conseguir objetivos a determinados grupos de poder. El grupo de poder y su estudio de abogados llegan a una total simbiosis en este aspecto. Ambos luchan para conseguir el objetivo. Esos objetivos pueden ir desde conseguir “pasar” determinado requisito gubernamental hasta ganar un juicio de trabajadores, clientes insatisfechos o entornos contaminados. En todos los casos nombrados puede ocurrir que el grupo de poder sea el culpable o por lo menos tenga una responsabilidad importante en los hechos. Por su propia naturaleza, el grupo de poder comete acciones que no son evaluadas hasta el infinito, salvo regulaciones gubernamentales. En la defensa de los puntos anteriores, en la minimización de responsabilidades el abogado es llevado a cometer actos reñidos con la ética, aunque casi siempre “legales”. Los actos “reñidos con la ética” (expresión que parece eufemismo de algo gravísimo), tienen, todos, la potencialidad de realizar daños futuros.

No voy enumerar todos los aspectos y detalles de una simbiosis como esa, pero el punto es: una orgánica de esta naturaleza contiene características mafiosas. Dichas características yo la enumeraría como:

1. Poseen un código elaborado para comunicarse entre los distintos integrantes.
2. Dentro de las leyes estrictas o no escritas se encuentra la ley del silencio.
3. Existe la muerte dentro de la organización. Esta muerte puede ser real, pero no es aún el caso de Chile. En Chile el castigo es la degradación social que significa el desempleo y la posibilidad cierta de no volver a tener un trabajo dentro del entorno mafioso. Puede ser “la quiebra” si es que el desleal es otra organización, “un subcontrato” por ejemplo.

Por lo tanto mi conclusión es: todo el mundo puede funcionar como una red de mafiosos, en determinado periodo o quizá siempre. Por supuesto, el caso de las farmacias coludidas asoma como primerísimo ejemplo.

lunes, 18 de mayo de 2009

Un intento de posición respecto de la cuestión cubana

Por Cuba siempre se hacen demasiadas preguntas. No se sabe bien que pasa y eso a uno lo pone nervioso. Para opinar lo ideal es estar bien informado. Lo terrible respecto de Cuba es que no se puede estar bien informado de casi nada. Por una parte los Castristas convencidos hacen afirmaciones y por otro lado los anti-castristas hacen afirmaciones contrarias. ¿A quien creerle? Cierto es que los anticastristas les pesa su origen como partidarios de Batista (hijos o nietos de partidarios, todos asentados en Miami desde que está Fidel). De inmediato, con argumentos emocionales uno tiene la sensación de estar ante gente indeseable. Los Castristas tienen el prestigio moral de haber apoyado la revolución que, para todos los efectos prácticos, actuó como una liberación. No solo de la dictadura, sino también de la influencia norteamericana. Cuba, a pesar de estar a escasos kilómetros de USA, se mantiene en una postura independiente. No tienen ninguna de las chatarras, no tiene la cultura del entertainment que nosotros hemos consumido. No hay McDonnalds, no hay Kentuky, no hay Luky Strike, no hay Microsoft ni Apple. Para un chileno fanático del progreso esto puede sonar horrible; “no se puede aceptar una cultura de retrógrados”, dirán. El chileno tiene como ideal lo que es joven y dinámico, “proactivo”, enérgico y que incremente las cifras macroeconómicas. Por todos lados se observa un culto a la juventud, un ideal que no implica, necesariamente, que se tenga en demasiada estima a los jóvenes. Más bien significa que los viejos, los que detentan el poder, quieren aparecer eternamente jóvenes. Se utiliza la juventud para incrementar las ganancias. Parece ser que en Cuba no es este el caso. De hecho, el gran éxito musical que significó “Buena Vista Social Club” quería apuntar a lo auténticamente cubano y paradójicamente, se hallaba representado por un grupo de músicos ancianos. El resultado es la nostalgia, pero una nostalgia por “actual”, porque es la Cuba de todos los días.

De inmediato uno avizora un hecho curioso: Cuba se ha quedado en el pasado en todos los sentidos. Su gobernante es viejo, su ideología es de otro siglo, sus autos son de los 50’s. Todo en Cuba se repara y es muy escaso lo que se compra nuevo. Raúl Castro (y Fidel, el asesor oficial del régimen) proponen un gobierno paternalista que ha buscado proteger a Cuba de la maldad de occidente, encerrando a Cuba. Desde la caída del muro ese encierro de ha acentuado. Uno creería que el aislamiento conduciría necesariamente a la desaparición de Cuba, pero se mantiene firme, a pesar de la escasez, los bloqueos, la crisis en los 90’s después de la falta de apoyo ruso, etc. No creo que el régimen caiga. La independencia sigue siendo un bien importante para los cubanos. Muchos se han ido y muchos han querido escapar, pero el sistema sigue. Si Cuba se abre al mundo de inmediato será invadida por los gringos. Dirán: “ es un mercado que no ha sido explorado aun”. Sin duda el fenómeno será semejante al de Rusia. Aparecerá de inmediato la corrupción y las mafias. Se volvería a un estadio anterior, a cuando Cuba era el prostíbulo de USA. Fidel no quiere eso y cualquier cubano promedio detesta esa opción. Prefiere los autos viejos al dominio, prefiere las calles mal pavimentadas, el reino de las bicicletas en vez de ser una presa más de la globalización de la cultura yankee. Cuba es una isla no solo en lo geográfico. Es también una isla cultural. Y, sin duda, por este motivo, tienen mucho que enseñarnos. De los terrenos cerrados y aislados, han salido siempre grandes aportes a la humanidad. Queda un último detalle: los Cubanos son bastante cultos. ¿Significa que se transformarán en capitalistas informados y opinantes cuando el castrismo caiga? Tengo mis dudas. El capitalismo orientado al mercadeo tiene métodos poderosos para llevar al pueblo a la barbarie. Puede deshacer en años la cultura de un pueblo y ya lo ha demostrado en otras regiones.

jueves, 26 de marzo de 2009

Algunas ideas de Paolo Virno

Acabo de leer un artículo acerca de las ideas de Paolo Virno, filósofo italiano que se hace preguntas interesantes acerca del lenguaje y como éste nos afecta en nuestra forma de ser como humanos. Y él plantea que la existencia de lenguaje les ha dado a los humanos dos cosas que los demás seres no tienen. Una es la posibilidad de negar, otra es la posibilidad de la posibilidad. Al negar, dice, Virno se niega la humanidad de otros. Se “puede” indicar “tu no eres humano”. Claro, al hacer una afirmación como esta se está preparado para la matanza de los humanos negados, los no-humanos. Hitler pensó eso de los judíos, los españoles pensaron eso de los indios y los gringos pensaron eso de los apaches y los mexicanos. A los negros también les ha caído en suerte el ser considerados “no humanos” y por eso se ha hecho justificable su esclavitud. Parece ser que la no humanidad “por default” que se le endilga a ciertos individuos produce el curioso efecto de matar la compasión. Es lo que le pasa a los hindúes: para ellos no existen los parias. Pero me gustaría hacer un agregado en el análisis. Evidentemente el planteamiento de Virno es humanista, pero el humanismo es una forma de egoísmo en que al hombre se le pone al centro y se le vuelve “la medida de todas las cosas”. No debemos olvidar, sin embargo, que hay otros seres en este planeta. Y en nombre de la negación de la vida (se ha dicho que los lobos son una plaga, una alimaña, etc) pero jamás una vida que merece existencia, se les ha matado, torturado, exterminado o todo lo anterior junto. Se ha eliminado la compasión por lo vivo. La “posibilidad de negar” nos lleva a la “posibilidad de eliminar la compasión”. Aquí se hallan los dos elementos innovadores que la lengua ha traído al humano.

Otros de los tópicos que aborda Virno es el del éxodo. A mi me parece una idea muy notable: se propone el éxodo como una alternativa a la revolución. Someterse o rebelarse fue la dialéctica marxista. Virno propone una auténtica tercera vía: la huida. Y esa es una idea muy primitiva, pero insuficientemente recorrida en los tiempos modernos, al menos en términos teóricos. Pues bueno, ya se recorrerá. Los refugiados políticos, en las márgenes de Irak o Palestina, en las infinitas “tierras de nadie”, pues ellos son unos adelantados en la técnica. No están teorizando, pero lo están viviendo día a día.

jueves, 20 de noviembre de 2008

La imagen del capitalismo descrita por José Eustasio Rivera

Hace mucho leí un libro que me dejó completamente impactado y que, por eso, pasó a ser uno de los libros importantes que he leído. Han hecho encuestas para fuguetianos, donde preguntan ¿qué libro te llevarías a una isla solitaria? o “los 1000 libros que hay que leer” y otros ocios semejantes. Pues bien, agreguen “La Vorágine” de José Eustasio Rivera. No digamos que el autor es la fama misma, pero recuerdo que lo recomendaban en los antiguos “libros de castellano”.

La vorágine cuenta una época en la historia de Colombia, principios del siglo XX. Los parajes que describe son básicamente dos: la llanura, lugar donde se vive de la ganadería y la selva. Sin duda, la parte dedicada a la selva es la mejor lograda, la mejor contada y la más llena de consecuencias. En mi opinión personal, el autor debió escribir dos libros y llamarlos de manera diferente. Pero sobre ese punto no insistiré demasiado; da para un artículo diferente.

En términos de argumento lo que motiva la historia es el viaje. El primer viaje ocurre por la huida de una pareja que desea estar junta. El segundo viaje empieza cuando la mujer (se trata de una pareja heterosexual, en estos tiempos hay que estarlo aclarando) es raptada y llevada a la selva por un traficante de esclavos. El protagonista es acompañado por un amigo que está en la misma situación. La novela avanza y descubre donde los han llevado: a una faena productiva de extracción de caucho, controlado por dueños venezolanos. Se está en una época donde está prohibida la esclavitud. Pero los empresarios se las arreglan para esclavizar. El método es simple y diabólico: les pagan una miseria. No les alcanza para comprar en la pulpería. El dueño les presta con interés para que puedan comprar. La deuda crece, los trabajadores se endeudan más y al final ya no pueden salir del lugar hasta que hayan pagado la deuda al dueño. Para algunos, la deuda no se alcanzaba a pagar con varias vidas trabajando. Las condiciones de trabajo, obviamente, son extremas. En plena selva, con mosquitos, enfermedades, calor, violencia y una selva que se parece más a un desierto que a un lugar lleno de vida. El que se pierde en la selva muere casi con seguridad; o sobrevive pero vuelve loco. La opción que queda es alimentarse de lo que produce la selva, que debiera ser mucho, pero estos trasplantados del llano colombiano no saben como sobrevivir allí.

El sistema descrito me lleva de inmediato a recordar la situación que se vive en la sociedad “de consumo actual”. Las pulperías de la actualidad han llenado todos los rincones de la ciudad. Los habitantes de la ciudad quieren los productos de la pulpería, porque la sociedad los obliga, mediante “obligaciones sociales”, a vivir una determinada vida y a realizar determinadas adquisiciones en estas pulperías. Nuestras pulperías más grandes entregan prestado con interés. ¿Quién presta con interés?. Porque, al final de la cadena, los prestamistas y los dueños de las pulperías son los mismos. Por lo tanto, el modelo de la vorágine se reproduce en los principios del s XXI. Por supuesto, ahora las deudas son pagables, en principio.

El tema y el libro dan para mucho. Demasiado para el reducido espacio de comprensión y tiempo que es este medio.

martes, 22 de julio de 2008

Disparando para todos lados: la burocracia del conocimiento


La investigación científica en el mundo tiene una crisis de imaginación. No puedo asegurar que los juicios que emita en este articulo sean por completo ciertos pero si puedo asegurar que representan un sentir. El sentir de que la ciencia se ha transformado en una actividad tremendamente mecánica. Como que para cualquier cosa hay un método definido: investigar, hallar tabla de datos o gráfico, escribir el paper. Casi nunca se ve, incluso es de mal tono, la realización de trabajos puramente especulativos, donde se discutan los problemas y las posibles soluciones. NI siquiera se presentan las posibilidades o aplicaciones de determinada investigación. “Eso es para los ingenieros”, dicen dando, de esa manera, una respuesta miope: Es falso que los ingenieros se preocupan del tema y con ello facilitan la ya afianzada “burocratización de la ciencia”. En esto ultimo quiero detenerme.

La burocracia es un tipo de organización creada por un tal Weber hacia fines del siglo XIX. Tal orgánica influyó en el Taylorismo y la tropa de pensadores positivistas que sobrevivieron hasta el siglo XX, o hasta hoy incluso. Se trataba de una estructura jerarquizada, donde los que se hallan en la base de la pirámide de mando realizan tareas simples y fáciles. En la burocracia no hay movilidad, a lo sumo ascensos que ocurren cada 10 o 20 años. El resto del tiempo el “burócrata” timbra y timbra certificados, despacha y despacha informes, etc. Tareas simples, cuya práctica debiese llevar, según la teoría, a una eficiencia ideal. La burocracia se volvió muy popular en todo el mundo, pues aumentaba de manera asombrosa la eficiencia y se adaptaba muy bien a la concepción estatista de la sociedad.

A la ciencia también llegó la burocracia. Los distintos grados académicos que se entregan a los investigadores son tremendamente inflexibles. Siempre el Magister va a mandar al licenciado y el doctor manda al Magister. Al menos eso es lo que se defiende dentro de las ciencias. Eso, en lo que a relaciones de poder se refiere, pero ocurre lo mismo en las áreas de trabajo del científico promedio. Sujetos que investigan dedican toda una vida al estudio de una determinada aleación, sin compendiar jamás este conocimiento. Ya Ortega y Gasset lo había previsto le había llamado “la barbarie de la especialización”.

Al científico actual parece que no le gustara más que investigar el detallito mas mínimo, sin mirar para ningún lado, sin pensar que ese problema está inmerso en algo infinitamente más grande llamado naturaleza y que, en el fondo, es lo que tratamos de encontrar. El científico se pone anteojeras. Al menos en la Universidad de Chile, es marcadísimo lo que explico. Pero me han contado que pasa lo mismo en las universidades del mundo.

Hay otros hechos que revisten igual o mayor gravedad que el anterior. Y que se hallan muy relacionados con este estilo de “vasos no comunicantes”. Uno de ellos es el nulo deseo de democratizar el conocimiento. Es decir, el conocimiento no se halla ahí para que todos, ignorantes o informados, tengamos acceso y hagamos uso de él. No. La idea es que el que paga (y se paga mucho), lo tenga. Me han contado de conferencias sobre ultimas investigaciones en determinada área, conferencias en CALTECH o MIT, a las que necesariamente hay que pagar. Casos en los que han expulsado prepotentemente a los “colados”. A mi me suena raro. ¿Dónde quedaron los ideales de conocer para entregar a “la humanidad” una mejor comprensión de la fisis?. Los departamentos de extensión, si es que existen, tienen como objeto mostrar obritas de teatro o cine a mil. No salen de eso. Jamás se ve que un experto materiales biológicos haga esfuerzos por divulgar lo que sabe, si es que sabe algo. Nuevamente, esto es marcadísimo en la facultad de Ingeniería de la Chile. Si no me equivoco, no tiene departamento de extensión. Todo lo que hace la chile ( y con ella todo el país, incluso en eso es “la universidad de todos los chilenos”) es con criterio economicista y más encima aplicado de manera mediocre. Una muestra: no se realiza colaboración con universidades privadas. Se sabe que las privadas no tienen, por lo general, laboratorios para ingeniería. Uno esperaría que la Chile se avivara y les ofreciera el servicio, con criterio economicista. Eso no se hará jamás. Las universidades privadas, dicen, son la competencia directa de la Chile y nosotros no podemos ayudar a la competencia. Suena bien. Sin embargo, de la Chile provienen muchas de las críticas que se hacen contra el sistema de competencia. Por otro lado está demostrado (Vease Amartya Sen o John Nash) que la economía funciona bien si se compite, pero que funciona aún mejor si se colabora. Los motivos para no colaborar con universidades privadas aparecen como políticamente muy correctos, pero carecen de visión y de verdadera economía. Por supuesto la colaboración podría darse con otras instancias de estudiantes (institutos, colegios, etc), pero para eso los recursos son bastantes. Ya sabemos que el estado no está dispuesto a invertir en traspaso de conocimientos de alta calidad a entidades que lo requieren con tanta urgencia y, menos aún, que esa tarea quede en manos de una universidad como la Chile. Los actuales manejadores del estado prefieren que el estado se encargue. Resultado: los operadores políticos tienen financiados sus asados y otras actividades menos alegres.

Esta falta de democracia que he descrito tiene un efecto bastante conocido en Chile. Y del cual todos nos hemos visto perjudicados. Se trata de la carencia de innovación, definida ésta como la creación llevada a negocios. Nadie puede negar que los negocios en el ámbito industrial carecen completamente de imaginación. Es fundamental que exista. En los tiempos de crisis, los empresarios se lamentan. ¿Para qué esperar hasta que llegue una crisis para hacer mejor las cosas?, pero cuando hay abundancia, nadie se acuerda.

lunes, 7 de julio de 2008

Democracia, Internet e Historia


Es curioso notar como la historia (ese periodo humano que utiliza la escritura) se transforma en una cuestión “no democrática”. La historia no la viven todos los seres humanos, bueno es decirlo. La historia es para unos pocos ilustrados que, por efecto de utilizar el medio escrito, acceden al poder. Ahora bien: el poder posee una cierta relación muy estrecha a la escritura. El dinero, desde tiempos inmemoriales, se cuenta (es decir, se mide) con la escritura. La utilización de la escritura va de lo puramente estético, a lo puramente práctico, como pudiese ser el conteo de números. Pero ambos establecen una cierta cuota de poder dentro de la historia.

Contraejemplos: Existen algunos que llegan al poder sin manejar la escritura, casi siempre maleantes. Pero no creo que existan maleantes de importancia, es decir con poder, que dejen fuera de su organización la escritura. Todo gran maleante tiene un excelente contador.

La internet, por su parte, ha generado una serie de modificaciones y una de las más notables tiene que ver en como el “cibernauta” se convierte en un sujeto de la historia, de manera que su vida va dejando un registro, en principio eterno. O hasta que los servidores mundiales sobrevivan. Hay, en alguna medida, una democratización de la historia. Ya no es necesario conseguir un amanuense que nos escriba las cartas, ni un bardo que cante nuestras hazañas. Ahora cada cual puede escribir las suyas, o puede escribir esos balbuceos breves del chat, o puede subir fotos o videos de su entorno a la red. Porque la democratización de la historia va ligada a una democratización de muchas otras expresiones que poseen carácter histórico y, en muchos casos, poseen también un carácter “simbólico”. A los que no se convenzan de lo que les digo puedo pedirles que realicen el experimento de mirar su cámara digital (si la tienen) desde las fotos recientes hasta las más antiguas a una cierta velocidad. Si ustedes tienen una cámara con mucha memoria (y un grado de costumbre de usarla) experimentarán una sensación de retroceso vital que puede sorprender. Incluso angustiar. Pueden jugar a “pasar toda la vida en un segundo” y, con eso, jugar también a la muerte. En una tarjeta de 2 Gb pueden, perfectamente, almacenar varios de meses de su vida.

Una ultima consideración ¿es esta democracia una forma de democracia real o es solo virtual?. De momento, me inclino por la segunda.

miércoles, 16 de abril de 2008

Voltaire y el ascenso de la burguesía


Enumerar los beneficios que trajeron al mundo las ideas de Voltaire y quizá toda su generación no es una actividad novedosa. Muchos la han llevado a cabo. Incluyen en la lista de aportes a la libertad de prensa, la educación para todos, la enciclopedia, obras literarias y teatrales. Pero pocos han dicho que, en gran medida desde su obra, se inició el triunfo de dos fenómenos: la revolución industrial y el ascenso de la burguesía. Para el hombre corriente estos datos pueden pasar por alto, puesto que no se les nombra con regularidad. Para quien posea espíritu crítico, sin embargo, esos aportes se vuelven sospechosos de calamidad. La revolución industrial y el ascenso de la burguesía son hechos relacionados entre si y con el capitalismo y la sociedad de hoy tiene su causa en estos dos hechos.

Voltaire nació en 1694 y su verdadero nombre era Francois Marie Arouet. Fue hijo de un notario Jansenista y esto es curioso porque el Voltaie-niño estudió con los jesuitas. Desde su época de estudiante se le conoció como polemista. Cuando ya estaba dedicado a “las letras”, fue encerrado en la Bastilla más de alguna vez por sus opiniones. En una de ellas permaneció cinco meses, al cabo de los cuales debió exiliarse en Inglaterra. La prisión no fue lo único de debió sufrir; también la persecución y el ataque de múltiples enemigos, incluidos algunos que fueron sus amigos inicialmente, como Diderot o Russeau, otro perseguido. Célebres se volvieron las disputas con este último, de las cuales puede decirse que salió triunfador. Sus luchas por la tolerancia, sus burlas a la religión y a la superstición, su apoyo decidido a la burguesía, su pertenencia a movimientos de carácter secreto ( como la sociedad del Temple), unido a su fama y popularidad, allanaron el camino a la revolución de 1789, suceso histórico que no alcanzó a vivir. La muerte lo sorprendió once años antes en París, luego de regresar de un largo exilio de mas de veinte años.

Voltaire se caracterizó sobre todo por su mordacidad y su humor. Conocido como el maestro de la burla, la dirigía sobre todo a lo que él calificaba de irracional. Es innegable que su época abundaba en irracionalidad: asesinatos por discrepancias acerca de el padre es superior al hijo o tan solo igual. Guerras y matanzas se sucedían en Europa a causa de divergencias religiosas. Básicamente Voltaire era Deista, creyente acérrimo de la ciencia (contaba él mismo con un laboratorio y pasaba largas horas en él con su amante Madame Chatelet, haciendo ciencia) y ferviente del comercio como actividad más noble que la tenencia de la tierra. Cayó en el exceso de alabar a Inglaterra, cosa que nadie comprendería un siglo más tarde. Ignoró (o quiso ignorar) el abuso que realizaban los mercaderes coloniales en América y Asia. Nativos morían como moscas por motivos mercantiles. Creía en el gobierno mediante la monarquía, pero su monarca debía ser un hombre educado al extremo de convertirlo en un hombre sabio, que toma siempre las mejores decisiones. Cosa que los hombres del siglo XXI todavía no hemos visto. Es, en ese sentido, el ideólogo del movimiento llamado “la ilustración”. Un hombre como Napoleón Bonaparte lo admiraba, considerándose a sí mismo como el monarca ilustrado que quería Voltaire. Muchos en la Europa de la época opinaban como Napoleón. Fue, justamente, durante el reinado de Napoleón, en que el poder de la burguesía se afianzó y todo lo que soñaba “el maestro de la burla” empezó a ocurrir: empezaron a mandar los burgueses, el comercio fue la gran actividad del siglo XIX, la ideología religiosa empezó a perder adeptos en desmedro de la ideología científica. Se iniciaba el positivismo, el libre mercado y la fe ciega en el progreso y la máquina. Inglaterra de alzaba como el imperio más poderoso de la tierra.

Como puede verse, la buena fama que aún mantiene Voltaire (mucha gente cree que se trata de un rebelde revolucionario al estilo de Che) no implica necesariamente el apoyo a sus principios. Los principios de un Burgués, anticlerical pero creyente, que no le prestaba ninguna importancia al espíritu que, a su juicio, rebajaba las virtudes de la razón. Fue Voltaire uno de los mayores promotores de la racionalidad determinista. Esto ya es criticable: desde la misma ciencia la idea del determinismo ha perdido crédito. Sigue siendo la realidad para muchos trabajadores, sin embargo; entrar y salir a la misma hora, tener el mismo auto y cuando viejos vivir de la pensión. Y es así porque los ejecutivos del país creen en un sistema de administración determinista: Chile sigue bajo la tutela del Taylorismo y la Burocracia.

Voltaire estaba encantado con los comerciantes, los que conoció en toda su magnitud en sus viajes a Inglaterra. Hay miles de argumentos, todos buenos, para apoyar el comercio, pero no podemos olvidar sus abusos. Un ejemplo: cuando los ingleses llegaron a China ésta se negó a comerciar. No les interesaban los productos de la revolución industrial. La situación no tuvo solución hasta que los ingleses conocieron el opio y monopolizaron su cultivo vendiéndolo a los mismos chinos. El té de china corría como el oro a cambio del opio. Se decía que el gigante de oriente estaba drogado, adicto, que nunca despertaría y Marx hizo su célebre relación entre opio y religión. Es pertinente hacer notar que el tráfico y consumo de opio estaba estrictamente prohibido en Inglaterra. A los intentos chinos de liberarse se respondió con las infames “guerras del opio”. Al imperio celeste se lo repartieron las potencias hasta la revolución de Mao. USA, herederos directos del poderío inglés, siguen las mismas costumbres, agregándole la megalomanía. Todo esto proviene de la excerbada racionalidad de Voltaire. En cierta forma, vivimos en la deformación del paraíso que soñaba. Una versión desabrida, exagerada, burda. El experimento de traerlo a nuestra época quizá le haría cambiar rápidamente de ideas y, en una versión idealizada, le convertiría en un intelectual de “izquierda”.

Su idea de racionalidad poseía ese sabor a progreso que uno acostumbra a escuchar de boca del “Instituto libertad y desarrollo”. De Voltaire es la afirmación de que la posición del hombre en el mundo no dependerá más de una autoridad externa sino de su propia actividad libre y racional. Queda claro hacia adonde apuntaba la cosa: la libertad total como ideal. ¿Alguien puede creer hoy en algo semejante?. Ya sabemos que existe el otro, que los recursos no son infinitos, que nuestra sobrevivencia no está asegurada para siempre, que los únicos con libertades totales son los grandes capitalistas y tal vez ni siquiera ellos, porque por lo menos es prisionero de su propia ideología. El hombre es un ser limitado, en el borde de una galaxia promedio y bajo el alero de un sol promedio. No somos el centro de la creación como piensa la soberbia cristiano - capitalista.

Entonces ¿cómo es la cosa? ¿era Voltaire un genio o un tipo que atrasó el progreso del hombre por 300 años? Como dice Sábato, refiriéndose a Aristóteles (que atrasó el progreso por 2000 años), no hay contradicción: solo un genio puede atrasar el progreso del hombre por tanto tiempo. No se crea que toda la culpa es de él. Una de sus últimas obras, Cándido, ridiculiza abiertamente el optimismo de Leibnitz (“vivimos en el mejor de los mundos posibles”), hecho que le valió otra temporada en la Bastilla.

lunes, 7 de abril de 2008

El poder en Nietzsche



¡Que imprudencia! Lo ha expuesto a una
corriente de aire. ¡El superhombre ha muerto!
G. K. Chesterton

1
Cualquier aproximación al pensamiento de Nietzsche debe partir del hecho evidente que tenemos a un solitario ante nosotros. No conocía a cabalidad las relaciones humanas y, por ello, toda su visión del poder estaría plagada de enfermedades mentales. Paranoia, neurosis, depresión, etc. Era un hombre atormentado e incomprendido. Ni siquiera en estos tiempos en que la sicología, la semiótica, diversas formas de filosofía y ciencia han llegado a resultados inimaginables para Nietzsche, podemos decir que lo comprendemos. Es el gran incomprendido. A pesar de que, en su obra, hay por doquier alusiones a si mismo. Si se es un sicólogo convencido e incluso un hombre de la calle, es posible concluir que N era un ególatra como todos los solitarios. Por lo tanto se consideraba depositario de la verdad, siendo él el único en alcanzarla y siendo, por tanto, el primero de los que dieron el salto cualitativo. Para los creyentes en su doctrina N se trata del único profeta: sus verdades deben ser puestas en practica.

2
N, al hacer interpretaciones históricas, a menudo recurre al término raza y a las degeneraciones de esta. Con regularidad se halla combinada con la palabra instinto, dándole a esta un carácter positivo. Se podría conjeturar hasta que punto N era un racista, en el sentido actual del término, quiero decir un nazi. No podemos negar que N hablaba en el lenguaje de su época muy a su pesar. Hablaba para sus contemporáneos, no para el futuro. Hablaba a Wagner y a Schopenhauer. Utilizaba los términos corrientes en aquella época, antes de la aparición de la teoría genética, época de nacionalismos exacerbados, unificación de Alemania e Italia, glorificación de la guerra, carrera armamentista y problemas sexuales producto de la represión Victoriana. Europa produjo a N y N era su mejor reflejo. No puede extrañarnos los términos en que se expresaba: el caso Dreyffus reveló mas crueldad con los judíos. El racismo del imperio Austro-Húngaro hacia los magiares (la etnia mas numerosa del territorio) era evidente, y el de Alemania hacia los polacos. Paradojalmente N se consideraba superior por ser polaco. Incluso tiene palabras de admiración para los judíos. Nuevamente, desde la sicología sería otra prueba de sus complejos de inferioridad. Su confianza en el instinto viene del hecho de creerse un sobreviviente. Solo él seguiría adelante luego de la decadencia de Europa. Sus opiniones no son aisladas, mas bien se presentan con mucha regularidad en artistas e intelectuales, sobre todo posteriores a él. Hay casos de finales trágicos, como John Kennedy Tool y casos chilenos, como Huidobro y Pablo de Rokha. Mas de alguna vez señaló que el intelectual debía realizar una especie de engaño social; hacer creer que estaba integrado, con un pequeño trabajo “burgués”, funcionario o profesor, pero en el fondo siendo un ser apartado y especial.

Cuando N hablaba de raza no lo hacía en los términos que hoy entendemos por esa palabra. Un sinónimo mas cercano sería especie. Él creía en la evolución, pero la selección natural no le parecía el mecanismo para explicarla. “La raza de los superhombres no llegará mediante ningún procedimiento sospechosamente británico como la selección natural, sino mediante el ejercicio dionisiaco de la voluntad de dominio”. ¿Qué es esa voluntad de dominio de la que nos habla? Debemos (¿debemos?) comenzar con el concepto mas básico: Existe una minoría de señores y una mayoría de rebaño. Hay dos morales: una moral de señores y una moral de rebaño. Son antagónicas. Lo bueno para los señores es el puro ejercicio de la voluntad de dominio. Pero las cosas, nos dice, no han conservado su carácter natural. Se ha producido una caída del hombre y los esclavos han llegado a gobernar a los señores. El cristianismo es el que realizó esta gran obra. Todas las religiones de la mansedumbre son enfermedades sociales. Incluidas las nuevas formas (nuevas en su tiempo) de cristianismo decadente: la democracia y el socialismo. N odiaba todas la formas de gobierno democrático y parlamentario, odiaba el liberalismo inglés y el socialismo europeo. Entonces ¿quienes son los señores?:

La voluntad de lo verdadero es una forma de voluntad de poderío. La voluntad de poderío es la forma primitiva de pasión y todas las otras pasiones son solamente configuraciones de aquella.

3
Pareciera que N tenía gran obsesión por el poder, pero esto no es cierto. Si lo hubiera tenido seguramente sus opiniones acerca de la contingencia de su época serían mas abundantes, pero solo encontramos algunas críticas a Bismark. Lo demás es filosofía. Lo que buscaba era algo mas general, una teoría del mundo, un sistema filosófico. Estaba en esa tarea cuando se lo llevó la locura. El libro “La voluntad de dominio” es su último intento y en él quedan aclarados muchos de sus rechazos; podemos entender que cosas quería cambiar por falsas o dudosas en el conocimiento de su tiempo. Habría sido tal vez un avance sustantivo la escritura de ese libro definitivo. La actual coyuntura científica parece dar alguna luz. Siempre se creyó que el determinismo de la mecánica de Newton era una verdad inamovible y el hecho de la evolución y el hecho, aun mas curioso, que tengamos esperanza parecía contradecir la tesis del determinismo. N se adelanto a su tiempo: la voluntad de dominio es la base de esta nueva explicación. Esta base es bastante mas dinámica que “la ecuación fundamental” de Newton. Dicha ecuación siempre ha sido inútil para explicar el mundo de lo vital. Pasar de la partícula individual al mundo de lo vital es un problema no resuelto y se mantendrá así por bastante tiempo mas. N nos habla de una ley que ayuda a la comprensión del mundo de lo vital: la vida es esencialmente un esfuerzo hacia un aumento de poderío. Esta voluntad es la mas íntima e inferior, es decir, esencial. N nos habla del mundo interno de los hechos y nos dice que este mundo contiene una cierta voluntad que lucha y que vence. Luego explica que todas las hipótesis del “mecanismo” no son hechos en sí sino interpretaciones hechas con la ayuda de ficciones síquicas.

La voluntad de poderío es una explicación para el mundo de lo vital no una recomendación para los políticos. La verdad es que N recomendó mas de alguna vez que este instinto esencial fuera dejado mas libre de lo que era en su tiempo, porque en su tiempo ningún instinto era dejado libre. Dejar este libre significaba un avance. N llamó señores a aquellos que dejan ese instinto libre y rebaño a los que se rigen por formas añejas, como el determinismo, el idealismo Kantiano o la democracia. Hubo señores, pero ya no los hay mas: el cristianismo los liquidó. N era un poeta y como todo poeta hizo una metáfora de su idea: Dionisio era la imagen del hombre que pone en práctica el instinto de la voluntad de poderío. Se pueden hacer críticas a la elección de esa metáfora, a la luz de nuestro actual conocimiento de mitología griega. A su época, sin embargo, dicha metáfora era significativa. NO fue la única metáfora: Napoleón, Wagner y Bismark estuvieron también en su lista. Pero eran hombres de carne y hueso, no metáforas; terminaron traicionando al final y N les perdió la confianza.

N, al final de su vida, no desconocía esto, “sin embargo la criatura tiene necesidad de los contrastes”. Pero estos contrastes o resistencias a la voluntad de poderío la refuerzan y obran como estímulo a la vida.

4
Un hecho interesante es que nos habla del placer. El placer, dice, se produce con la satisfacción de la voluntad de poder. El desagrado viene con la resistencia. De tal manera que placer y desagrado con indicadores claros del estado de la voluntad de dominio. La causa del placer es el hecho de que la voluntad quiere avanzar y es, siempre, nuevamente dueña de lo que encuentra a su paso. Es decir, el placer no está en el triunfo sino en la lucha. En este sentido se comprende el gran apego de N por los conceptos de la religiosidad germánica. El cielo germánico es un lugar donde la batalla es eterna. Todo el día luchan los guerreros, incluso mueren. Al día siguiente los muertos se levantan y continúan la batalla, por siempre. Es también comprensible su admiración al guerrero como imagen arquetípica absolutamente opuesta al sacerdote. Este ultimo es vil y astuto. El rebaño en cambio no tiene esta concepción, sino la del hombre feliz, aquel que siente placer cuando está cómodo, con una vida tranquila, con mujer e hijos, sedentario, ojalá muriendo en su cama, guiado por el sacerdote. Para el germánico morir en la cama era la peor de las muertes. Se podría decir que N era un hedonista y él mismo no rechaza esta filiación: los filósofos presocraticos son un ejemplo de señorío. Sócrates, nos dice N, acabó con eso.


5
No se puede negar que N tuvo gran influencia en la lucha por el poder. Los Nazis lo utilizaron y falsearon. Los fascistas de Mussolini lo veían como el profeta: los italianos eran los nórdicos del sur. Mucha de esta confusión fue causada por su propia hermana, que se convirtió en depositaria de su obra y guardiana de archivo Nietzsche. Se hizo nazi y falseó mas de alguna vez los escritos de su famoso hermano por órdenes de Goering. Todo no fue más que un terrible malentendido. Al parecer, alguien habló de la vida y todos creyeron que se refería a la muerte.

Bibliografía:

[1] F Nietzsche, “La Voluntad de Dominio”
[2] Crane Brinton, “Nietzsche”
[3] Geoffrey Bruun, “La Europa del siglo XIX”
[4] J.L. Borges, “Antiguas Literaturas Germánicas”
[5] H. Marcuse, “Razón y Revolución”