lunes, 4 de junio de 2012

La literatura y el arte, en el libro “La marca del zorro”

Para muchos “hombres de acción” la literatura y el arte son variedades del onanismo. Por ejemplo, en el libro “La marca del zorro”, el personaje con doble personalidad que es Diego Vega, lee poesía y arte. Y por lo mismo es despreciado por los demás habitantes del pueblo, hombres recios y duros de los tiempos de la fiebre del oro. Sin embargo, Diego Vega, el amanerado literato, se salva al final a los ojos de la virilidad: es el héroe más temido, el que ha asolado por meses los intereses de los poderosos del pueblo. Se ha disfrazado para alcanzar un determinado objetivo. Me surge la pregunta ¿cuál es el verdadero objetivo? ¿la mujer? ¿la lucha por los derechos de los desposeídos? ¿o es ser Diego Vega? La novela no lo explica. Por supuesto, tratándose de una novela romántica, lo lógico sería el amor. El Zorro es una excusa para alcanzar el amor. La conquista del poder político no es más que un truco complicado para seducir a la heroína.
            Es muy curioso que en una novela como esa, quizá como en todas las novelas, o quizás como en la vida incluso, los personajes llamados a realizar la revolución y el cambio son los jóvenes ricos y millonarios del reino. Porque Diego Vega es parte de la aristocracia del pueblo. Los demás, los abandonados, los indios, los pobres y maltratados solo figuran como entes auxiliares que ayudan en las batallas al héroe de “buena cuna”. En ese sentido, en una forma quizá marxistoide, pudiese decirse que se trata de una novela pequeño burguesa. Es más, la heroína (bella, maltratada y pobre) no es una auténtica mujer pobre, sino una aristócrata empobrecida. Con eso no podemos decir que siguen las sorpresas.
            Y que queda finalmente, ¿es la literatura una actividad que vale la pena para un hombre de verdad? ¿o hay que dejársela a los pusilánimes sin carácter como sugiere el libro? ¿será que los pusilánimes tienen que disfrazarse de héroes por las noches para alcanzar la salvación ante la sociedad?.
            No sería malo que los melifluos literatos de nuestros tiempos realicen alguna acción heroica. Quizá mejoraría la calidad de su arte.