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martes, 7 de septiembre de 2010

La entropía del texto

Muchas veces recurro al pobre artilugio de hablar de mí mismo cuando no tengo ideas en el cerebro. Cuando no tengo nada que decir, recurro a las sensaciones que me vienen en el día a día. Eso puede ser un ocio tipo twiter. Los twiteros dicen “algo” para que los “sigan”. Esa maldita obsesión por tener seguidores. Los antiguos conquistadores del mundo (Genghis, Nabucodonodor) tenían la misma ambición. Lograrlo les costaba sangre. Ahora solo 140 caracteres.

Alguna vez yo imaginaba qué pasaría si todos escribieran, pero nadie leyera. Y terminé señalando al gruñido como forma de expresión literaria final. Esa predicción ya se ha hecho cierta. El gruñido ocurre. Los mensajes de texto, los chat, los twiter, los facebook. Ocios para gente ociosa. Eso explica una parte del consumo energético, consumo que tendrá que ser suministrado con centrales en la Patagonia.

Es gente que termina llenando sus días de entropía. Ahora bien, en esto que hago ahora, estoy como en la misma. Hago entropía dentro del texto. La entropía del texto hace que las palabras y las sílabas vayan prontamente al estado más probable. Lamentablemente el estado más probable en estos tiempos es la mediocridad pura y simple.

Nietzche hablaba de la importancia de la combinación “lectura-escritura”. ¿Qué haría en estos tiempos? De todas formas no es difícil imaginarlo dedicado al Twiter. El aforismo era su fuerte.

martes, 27 de julio de 2010

Los registros y nuestra evolución

No se si lo había comentado ya, pero los nuevos medios a los que están teniendo acceso los humanos han hecho cambios sustanciales a determinados modos de recordar. Uno de los ejemplos más notables que me vienen (paradojalmente) a la memoria es el de las cámaras fotográficas digitales. Al alcance de todos y de bajo costo, no pueden sino incitarnos a un obsesivo registro de nuestras vivencias. De tal modo que cuando se vuelve atrás, en una de esas inmensas memorias informásticas (2 gigas, con imágenes de altísima resolución), cuando se vuelve atrás digo, a gran velocidad, lo que se consigue es la visión de nuestro pasado. Y la visión de ese pasado nos hace sorprendernos, nos hace llevar la conciencia, de manera casi perfecta, a cosas que ya estaban olvidadas. ¿Hasta qué punto ese ejercicio es útil? ¿O es simplemente un daño más que le hacemos al organismo? ¿o es un paso más hacia la evolución, lo que nos conduce de manera inminente al estatus de superhombres, superhombres de la imagen eso si?

Pregunta que solo dejo anotadas, para recordarlas más tarde, en algún momento, cuando tenga tiempo. De todas formas cuando haga esa revisión (no del tipo de “cámara fotográfica”, por supuesto) tendré una vuelta al pasado.

lunes, 7 de julio de 2008

Democracia, Internet e Historia


Es curioso notar como la historia (ese periodo humano que utiliza la escritura) se transforma en una cuestión “no democrática”. La historia no la viven todos los seres humanos, bueno es decirlo. La historia es para unos pocos ilustrados que, por efecto de utilizar el medio escrito, acceden al poder. Ahora bien: el poder posee una cierta relación muy estrecha a la escritura. El dinero, desde tiempos inmemoriales, se cuenta (es decir, se mide) con la escritura. La utilización de la escritura va de lo puramente estético, a lo puramente práctico, como pudiese ser el conteo de números. Pero ambos establecen una cierta cuota de poder dentro de la historia.

Contraejemplos: Existen algunos que llegan al poder sin manejar la escritura, casi siempre maleantes. Pero no creo que existan maleantes de importancia, es decir con poder, que dejen fuera de su organización la escritura. Todo gran maleante tiene un excelente contador.

La internet, por su parte, ha generado una serie de modificaciones y una de las más notables tiene que ver en como el “cibernauta” se convierte en un sujeto de la historia, de manera que su vida va dejando un registro, en principio eterno. O hasta que los servidores mundiales sobrevivan. Hay, en alguna medida, una democratización de la historia. Ya no es necesario conseguir un amanuense que nos escriba las cartas, ni un bardo que cante nuestras hazañas. Ahora cada cual puede escribir las suyas, o puede escribir esos balbuceos breves del chat, o puede subir fotos o videos de su entorno a la red. Porque la democratización de la historia va ligada a una democratización de muchas otras expresiones que poseen carácter histórico y, en muchos casos, poseen también un carácter “simbólico”. A los que no se convenzan de lo que les digo puedo pedirles que realicen el experimento de mirar su cámara digital (si la tienen) desde las fotos recientes hasta las más antiguas a una cierta velocidad. Si ustedes tienen una cámara con mucha memoria (y un grado de costumbre de usarla) experimentarán una sensación de retroceso vital que puede sorprender. Incluso angustiar. Pueden jugar a “pasar toda la vida en un segundo” y, con eso, jugar también a la muerte. En una tarjeta de 2 Gb pueden, perfectamente, almacenar varios de meses de su vida.

Una ultima consideración ¿es esta democracia una forma de democracia real o es solo virtual?. De momento, me inclino por la segunda.