martes, 27 de julio de 2010

Los registros y nuestra evolución

No se si lo había comentado ya, pero los nuevos medios a los que están teniendo acceso los humanos han hecho cambios sustanciales a determinados modos de recordar. Uno de los ejemplos más notables que me vienen (paradojalmente) a la memoria es el de las cámaras fotográficas digitales. Al alcance de todos y de bajo costo, no pueden sino incitarnos a un obsesivo registro de nuestras vivencias. De tal modo que cuando se vuelve atrás, en una de esas inmensas memorias informásticas (2 gigas, con imágenes de altísima resolución), cuando se vuelve atrás digo, a gran velocidad, lo que se consigue es la visión de nuestro pasado. Y la visión de ese pasado nos hace sorprendernos, nos hace llevar la conciencia, de manera casi perfecta, a cosas que ya estaban olvidadas. ¿Hasta qué punto ese ejercicio es útil? ¿O es simplemente un daño más que le hacemos al organismo? ¿o es un paso más hacia la evolución, lo que nos conduce de manera inminente al estatus de superhombres, superhombres de la imagen eso si?

Pregunta que solo dejo anotadas, para recordarlas más tarde, en algún momento, cuando tenga tiempo. De todas formas cuando haga esa revisión (no del tipo de “cámara fotográfica”, por supuesto) tendré una vuelta al pasado.