lunes, 6 de diciembre de 2010

Cortázar

Cortázar fue un hombre político.

Cortázar dio opiniones políticas en la última etapa de su obra y en las últimas entrevistas que dio. Esto le trajo la desagradable desgracia de no poder volver a su país.

En cambio, el Cortazar más famoso, el de su primera época se nos aparece como un personaje más bien frívolo en una búsqueda constante del hecho estético y de la imaginación. Esto, dicen algunos, puede ser atribuido a la influencia de su primera mujer. Sin embargo, una literatura que haga apología de la imaginación no necesariamente es frívola. Hay en la risa y en el juego consideraciones que no pueden dejarse de lado. Un cuento clave es “Autopista del sur”. Uno puede pasar un rato agradable leyendo el cuento, pero no se puede negar que hay mucha información acerca de cómo es la sociedad (y en ese sentido es un cuento sobre cuestiones políticas). La ciudad reacomodada en la autopista, un estado utópico, una orgánica casi bolchevique que luego se desarme por displicencia de los integrantes y porque, en cierta forma, “la velocidad” se los come. Fin de la utopía. Uno termina con sensación de tristeza luego del cuento y eso es lo interesante. Uno prefiere la orgánica de la autopista detenida por sobre la autopista en funciones. Lo primero se nos hace aventurero, lo segundo es la usual cotidianeidad, donde todo es utilitario y cada movimiento tiene un fin. No se ve como lucha por la sobrevivencia, que en el fondo lo es, sino como maniobras evasivas de la realidad.

Pero para qué me voy a extender más sobre el tema: todo acto es un acto político. No niego que se trata de una frase de total optimismo político (revisionista casi) y sin embargo, creer en ella puede llevar a ciertas sorpresas en el análisis de algunas obras frivolizadas injustamente. Aunque, vale la advertencia, a algunos personajes, ni aunque los miren con lupas de niveles atómicos, es posible pillarles un mínimo de compromiso. Cortázar no era así. Con poco esfuerzo se hallan sus disparos.

1 comentario:

hipoceronte dijo...

Justo el otro día encontré un librito que se llamaba Policrítica en la hora de los chacales, donde aparece una especie de misiva de Cortázar respecto a algún suceso contingente de la época en Cuba. Y luego unas apreciaciones de Volodia Teitelboim sobre Cortázar. Muy interesante el librito este, que confirma lo que dices en el post, pues me enteré que el dinero obtenido por El libro de Manuel fue todo para la lucha del pueblo chileno contra la Dictadura (no sé de que forma) o que los montos de que su último libro y un premio que se ganó iba para Nicaragua. Escribiré algo de eso en el blog de El Pájaro Verde seguramente.