viernes, 8 de octubre de 2010

La pena de muerte y "el secreto de sus ojos"

LA pena de muerte siempre divide a las audiencias, sobre todo cuando ocurren hechos de sangre. El resto del tiempo, ni pío. Por eso el tema se reflota con los casos de psicópatas que violan y matan niños, por ejemplo. Los de derecha proponen lo de siempre: debe volver la pena de muerte. Los de izquierda dicen lo de siempre: la pena de muerte está abolida y está bien que lo esté porque aplicarla es inhumana.

Pero nadie, o casi nadie, al menos a nivel periodístico, piensa en lo relevante: el castigo. Y la pregunta es, ¿qué es mejor castigo, matar a un sujeto o tenerlo encerrado por toda la eternidad?. Es claro que si el sujeto muere de un balazo o una inyección letal, el sufrimiento se reducirá solo a las pocas horas anteriores a la muerte. Como parte de ese sufrimiento se produce el clásico proceso de espera de los condenados a muerte y que ha sido retratado millón de veces por películas, libros, etc. Me detengo en un cuento relativamente esclarecedor: el Muro del socito Jean Paul (Sartre).

Por otro lado, el condenado a cadena perpetua vive una condena que a mi, en lo personal, me parece mucho peor: permanecer encerrado y privado de libertad por todo lo que queda de vida, con todo lo que ello conlleva. Morir de inmediato acorta el castigo ante la perspectiva del encierro.

La distribución de los opinantes es muy sintomática en este caso: los de derecha casi siempre apoyan la pena de muerte y los de izquierda casi nunca. ¿Por qué se da este fenómeno?. Yo creo que la explicación se halla en el concepto de infierno. Al derechista la pena de muerte le parece un castigo mucho peor, porque en el fondo de su mente desea que el condenado sufra de inmediato el infierno del más allá. La izquierda, en cambio, hace rato que ha dejado de creer en la existencia del infierno, por lo que la muerte le sabe a escapatoria. El izquierdista “humano” quiere ver al criminal castigado acá.

Un caso extremo de un hombre que no cree en la pena de muerte y que quiere ver el castigo ejecutado acá en la tierra es el que muestra la película “El secreto de sus ojos”. Lleva al imaginario una opción de justicia por las propias manos. Por supuesto, esa clase de justicia es mucho más complicada y cara de ejecutar. El que se quiere satisfacer de un agresor mediante la pena de muerte, sin duda la tiene mucho más fácil.

1 comentario:

hipoceronte dijo...

Igual me acuerdo del Decálogo, el No Matarás donde se exponía que la justicia no es sinónimo de venganza. Yo estoy en contra de la pena, pero hay más razones, igual en terminos judiciales es un tema bien complejo.